El periodista
Ricardo Alemán hace un análisis sobre la situación de la reforma energética a
la luz de quienes siguen creyendo que, siendo minorías, le pueden dar marcha
atrás, cuando de todos es sabido que estos cambios son un viejo anhelo de
nosotros, de LAS MAYORÍAS, y que ahora que son una realidad, tenemos que
defenderlas como se hace en un régimen democrático: desde las instituciones
democráticas, no desde las calles ni mediante turbas violentas.
Consulta ciudadana: otra patraña
RICARDO ALEMÁN>>ITINERARIO POLÍTICO
Seguramente sin darse cuenta,
los jefes del principal partido de la izquierda mexicana, el PRD, escenificaron
su propia metáfora. Durante varios días caminaron en círculo —como en la noria—
como protesta por la reforma energética.
Y en efecto, el partido político que simboliza a la
izquierda mexicana, a lo más moderno y preclaro de esa tendencia política, se
quedó atrapado desde hace años en una penosa marcha en círculos que —según
todas las evidencias— los lleva a ningún lado.
Y la penosa noria que improvisaron en torno al
Monumento a la Independencia sirvió para que caminaran lo mismo Cuauhtémoc
Cárdenas que Jesús Zambrano y Jesús Ortega, entre otros dirigentes que de
manera involuntaria nos regalaron el más formidable autorretrato del Partido de
la Revolución Democrática: una organización que camina en círculos desde hace
décadas.
Y viene a cuento porque ya está a la vista pública
—en otro extremo de la noria— la siguiente etapa de una estrategia que ha sido
fallida desde su concepción y que en poco más de un año mostrará de nueva
cuenta el penoso fracaso de las izquierdas todas, pero en especial del PRD. Nos
referimos al siguiente paso del diseño estratégico del PRD en torno a la
reforma energética. ¿Y cuál es ese siguiente paso? Vamos por partes.
Como se sabe, durante la discusión de la reforma
energética los amarillos perdieron una lucha histórica: la batalla callejera
que por muchos años fue su territorio natural. Pero además perdieron la batalla
de las ideas, del talento y del esgrima verbal en el Congreso, que en el origen
de la izquierda parlamentaria se convirtió en su principal herramienta.
Pero no es todo. En el colmo de la noria en que se
ha convertido la izquierda mexicana, resulta que sus legisladores no sólo
clausuraron el Congreso —cerraron la casa de las ideas—, sino que, en un acto
de grosero autoritarismo, despidieron de sus filas a una diputada que se
atrevió a pensar distinto y a votar a favor de la reforma energética. ¿Qué no
los señores del PRD pedían a los diputados del PRI que pensaran con cabeza
propia? ¿Qué no la vieja izquierda mexicana cuestionaba el autoritarismo y la
línea de pensamiento dictada por el PRI? De viejo, el PRD hace todo aquello que
cuestionó en su juventud.
Pero hay más, cuando las izquierdas se negaron, en
lo general, al debate de la reforma energética —y cuando en lo particular el
PRD boicoteó esa posibilidad—, en realidad toda la izquierda hizo posible la
alianza PRIAN en materia energética. Facilitaron que el PRI quedará atrapado en
la reforma energética propuesta por el PAN. Dicho de otro modo, que si las
izquierdas hubiesen entendido la importancia de su aporte en la reforma
energética, seguramente habrían logrado equilibrios fundamentales para limitar
las exigencias del PAN.
En suma, la reforma energética fue el más
escandaloso fracaso de las llamadas izquierdas. Y lo que viene no sólo será
otro fracaso, sino que ya está cantado como otra patraña. Y es que no es más
que un cuento engañabobos que la consulta popular prevista para 2015 podrá
echar abajo la reforma constitucional en materia energética. ¿Y por qué
engañabobos?
Porque contra la escandalera armada por el PRD —y
según reputados constitucionalistas—, la consulta popular no cuenta con
facultades para tumbar una reforma constitucional como la energética. Pero
además, si nos atenemos a la ley reglamentaria de la consulta popular,
llegaremos a la conclusión de que técnicamente es casi imposible un resultado
positivo para las izquierdas.
Lo cierto, sin embargo, es que a las llamadas
izquierdas poco les importa si la consulta popular puede echar abajo, de manera
legal y convincente, la reforma energética. En el fondo el objetivo del PRD
está en otro lado.
Es decir, los amarillos y los radicales de las
izquierdas ya construyen otro fantasma para debilitar la reforma energética. Y
ese fantasma se llama consulta popular. Y con ese sambenito los jefes del PRD,
los cardenales de Morena y "radicales" de siempre no sólo utilizarán
la patraña de que la consulta popular puede echar abajo la reforma energética,
sino que los poderes perversos impedirán que se lleve a cabo dicha consulta.
En pocas palabras, la idea es hacer crecer la
mentira de que es posible tirar la reforma petrolera con la consulta popular y
—con ello— sembrar la percepción de que los poderosos no quieren la consulta.
Así tendrán un anzuelo engañabobos que los llevará con vida política hasta las
elecciones de 2015.
¿A cuántos mexicanos y potenciales electores
engañarán las izquierdas con una mentira repetida millones de veces? Será otra
derrota para el PRD. Al tiempo.
www.ricardoaleman.com.mx twitter:
@ricardoalemanmx
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