La encuesta de Morena: Aristegui, emplazada a quitarse la máscara

Así como los periodistas tienen todo el derecho de tener simpatía por el partido o la corriente política de su preferencia, así los ciudadanos nos merecemos que se nos informe cuándo estamos frente a un comunicador que ha dejado de ser un observador objetivo de la realidad, para convertirse en parte interesada de ésta y de sus conflictos.

Recientemente, se ha filtrado en redes sociales que el partido Movimiento Regeneración Nacional (MORENA) realiza una encuesta para sondear a sus liderazgos y posibles candidatos en la elección del 2015.

Entre los nombres que se han puesto a consideración de los encuestados, figura el de la periodista Carmen Aristegui, conductora que se caracteriza por su marcado interés por privilegiar siempre las versiones de las minorías, en detrimento del derecho de la mayoría democrática de México.

No tiene nada de malo que una periodista como Aristegui sea evaluada en este estudio, y aún cuando no hay indicios de que ésta haya aceptado que se le involucre en el sondeo, la realidad es que no sería el primer caso de que un actor crítico contra el gobierno y su partido, se convierta en candidato de un partido opositor.

Lo que no se vale es que la llamada “prensa alternativa” siga actuando bajo el disfraz de imparcialidad y “objetividad”, para seguir manipulando la información que transmiten a su auditorio de manera fraudelenta.

Si fueran un poco honestos, estos medios y periodistas tendrían que decir que han dejado de ser observadores de la realidad, y que se han vuelto actores de ella; que no sólo difunden porque sí sino que avalan y están de lado de las posturas —muchas de ellas francamente descabelladas y antidemocráticas— de las minorías.

Hacer periodismo no es tomar parte en conflictos, como lo hacen reiteradamente periodistas como Aristegui, Jenaro Villamil, Julio Hernández, y medios como la Revista Proceso. Hacer periodismo es antes que nada, dar elementos al auditorio, para que éstos saquen sus propias conclusiones.

Imponer visiones, hacer que la gente crea, por ejemplo, que Calderón es un borracho o que en Chilpancingo están tan mal las cosas que hay balaceras transmitidas en vivo, como en Irak, es engañar a la gente y tratar de convertirla a una causa con la que no se identifica la mayoría del pueblo mexicano.

La buena noticia de la filtración de la encuesta que realiza MORENA para buscar candidatos en 2015, es que nos permite ubicar a esos periodistas como Carmen Aristegui, que son parte de las corrientes minoritarias que mandan al diablo a las instituciones y que están más cerca políticamente de dictaduras como la chavista en Venezuela, que comprometidas con el fortalecimiento de nuestra democracia.

Si la gente cree que Carmen Aristegui puede ser asambleísta, titular de alguna delegación o incluso, Jefa de Gobierno postulada por MORENA, es signo inequívoco de que ha dejado de ser una periodista con credibilidad y que sus críticas al sistema político no son más que el reflejo de sus intereses políticos.

La encuesta que circula en redes sociales https://soundcloud.com/user163542313/morena-sondea-popularidad-de  es reveladora. Sus fans la quieren de candidata y ojalá ella defina si se quita la capucha de soldado de AMLO o sigue haciendo periodismo con el pasamontañas crítico que oculta su verdadero rostro militante.