martes, 17 de diciembre de 2013

¿Minorías dispuestas a todo?

El periodista Pablo Hiriart analiza la actitud de la izquierda a propósito del momento que vive el país, donde una mayoría democrática ha tomado decisiones que DEBEN RESPETARSE por todos. Podrán estas minorías pasar de la turba al argumento para convencer un día al electorado en una futura elección? O pretenden seguir el camino de la izquierda comunista revolucionaria que ya no tiene razón de ser en ninguna parte del mundo, es decir, explorar la vía armada? Son capaces de todo estos Ayatolas Fundamentalistas? Muy buen artículo de opinión.


Promueven violencia armada
Pablo Hiriart
La manera en que miente un sector de la izquierda acerca de la reforma energética tiene intenciones perversas.
Hace 20 años, cuando se firmó el Tratado de Libre Comercio, hizo su aparición el EZLN, tomó Ocosingo y San Cristóbal, asesinó a policías municipales y anunció la marcha armada al Distrito Federal para proclamar la “revolución socialista” (primer comunicado de la Selva Lacandona).
Marcos y sus seguidores entraron al Distrito Federal 16 años después, pero escoltados por la Policía Federal de Caminos y pudieron hablar en la tribuna del Congreso de la Unión, el que pensaban abolir.
Y hoy las comunidades zapatistas en Chiapas, que se autogobiernan, viven peor que el resto de las comunidades indígenas, y sólo sirven para hacer turismo revolucionario.
El fracaso de Marcos y la guerrilla armada fue en todos los órdenes, pero eso no quiere decir que no lo vuelvan a intentar.
Al menos tienen seguidores que promueven otro levantamiento y con ello mandar al sacrificio a la población indígena, como lo hicieron hace 20 años.
Eso busca el discurso de un sector de la izquierda, que quiere comparar a Peña Nieto con Santa Anna y a la reforma energética con la pérdida de la mitad del territorio nacional.
El lenguaje utilizado por esa izquierda es de un enorme desprecio a la democracia, llamando “mayoriteo” a la contabilización de los votos en el Congreso.
Cuando esa izquierda hace alianzas en el legislativo y en los estados con el PRI o con el PAN, los triunfos son buenos y democráticos, pero cuando las hacen otros entonces la victoria es resultado de un “mayoriteo” obsceno.
No tuvieron eco en la población de las grandes ciudades para manifestarse en contra de la reforma energética que se discutía en el Congreso, y tuvieron que llevar al “cerco al Senado” a ancianos que desconocían de qué se trataba el dictamen.
Por eso ahora alientan un levantamiento armado de grupos que lindan entre la autodefensa, la protesta y el narcotráfico, para jugar su última carta: la de la violencia.
Durante la votación en la Cámara de Diputados, legisladores del PRD amenazaban a los que votaron afirmativamente, con frases como “nos vemos en la Costa Chica”.
¿No que ellos no tenían nada que ver con los grupos armados que surgieron en la Costa Chica de Guerrero, bajo el mote de “autodefensas”?
Aquí lo señalamos desde hace meses: en esos grupos de autodefensa surgidos en la Costa Chica, están el ERPI y una parte del PRD.
Ellos lo confirman. Y van a querer repetir la historia: crear violencia en el país porque no aceptan una derrota en el terreno de la democracia.

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